sábado, 16 de agosto de 2014

Capítulo 28

*Narra María*
Pedimos Álvaro y yo. Esperamos en la cola hasta que nos dieran la comida y fuimos a la mesa que habías cogido los demás. Me mataba ver a David abrazando a Alicia, pero podría ser que el destino me estuviese preparando un mejor futuro con alguien como Álvaro a mi lado.
No lo había contemplado aún, pero este chico estaba siendo un verdadero apoyo, y empezaba a sentir cosas cuando se acercaba a mí, y estaba siempre a mi lado.
Álvaro: ¿En qué piensas, princesa?
Me acababa de llamar princesa. Las mariposas de mi estómago se acababan de convertir en pirañas asesinas que comían poco a poco mi estómago.
María: En lo surrealista que está siendo todo esto. Vengo a pasarlo bien y lo único que ocasiono es que se fastidie vuestra amistad con David.
Blas: No sientas nada. Gracias a ti nos hemos dado cuenta de cómo es en realidad. Te debemos muchísimo.
Cristina: No te quiero ver mal, ¿eh?
María: No estoy mal, sino decepcionada conmigo misma.
Dani: Pero, ¿por qué?
María: Porque..
Carlos: No, ahora me vas a escuchar. No te sientas decepcionada por esto. David ha sido siempre muy celoso, pero nunca ninguna chica le había llenado tanto como tú. Eso ha hecho que se cegará al verte el labio sangrando. Y, ¿sabes qué? Que si te quiere perder, el tonto es él. Nosotros cuatro, ¿verdad chicos?, no queremos perder una amiga de verdad como estás demostrando ser. Así que déjate de tonterías, sube la cabeza y cada día sal a comerte el mundo, porque eres una tía diez.
Nayade: Me maravillas cuando te pones serio, Carlos.
Bajé la cabeza al escuchar lo que Carlos dijo. Tenía un nudo en la garganta e infinitas ganas de un abrazo, de quien fuera, pero un abrazo que me apagaran las ganas de llorar que me habían entrado.
Yolanda: No María, no agaches la cabeza. Todo lo contrario, súbela. Tienes que estar orgullosa de cómo eres, porque en este mundo, personas como tú, quedan muy pocas. Empieza a valorarte, a quererte y a dejar las cosas malas atrás.

*Narra Álvaro*
Noté que María estaba a punto de llorar. La tenía al lado y no podía desaprovechar esta oportunidad. La abracé todo lo fuerte que pude.
Álvaro: Demuéstrale al mundo lo que vales, lo bonita que eres, tu mirada tan limpia y esa sonrisa que enamora.
Le susurré.  María se echó a llorar, abrazándome más fuerte aún escondiéndo su rostro tras mi hombro. Yolanda me hizo un gesto con la cabeza.
Blas: María deja de llorar que al final me pondré a llorar yo y mi fama de duro se irá al carajo.
Todos rieron. Todos menos María y yo.
María: Gracias por todo, Álvaro.
Medio sonreí. Esta niña provocaba todo en mí. Si ella estaba bien, yo lo estaba; si lloraba, me entraban ganas a mí; y si estaba con otro, yo moría por dentro.

*Narra Dani*
Se les veía tan fuertes cuando estaban juntos, que nunca veré a dos personas así jamás. Se complementaban a la perfección, hacían uno.
Carlos: Y ahora, María, deja de llorar y come.
Cristina: Pareces su padre, déjala desahogarse.
Carlos: No, que se lo que pasa. Llora, se le hinchan los ojos, le duele la cabeza y luego no come.
Carlos se estaba preocupando demasiado por María. Álvaro se limitaba a acariciarla. Blas miraba a la mesa de al lado, Nayade, mientras miraba el móvil y Yolanda echaba keptchup a las patatas que aún no había comido.