domingo, 26 de abril de 2015

Capítulo 31

*Narra María*
Acabábamos de llegar y ya quería que fuera verano para volver a Madrid, una parte de mí había quedado allí tras el viaje. Cogimos las maletas y fuimos a una plaza cerca de la estación de autobuses.

Cristina: Bueno chicas, hablamos luego. 
Nos dio dos besos y se fue cogida de la mano de Jaime.
Yolanda: ¿Qué me he perdido?
Naya: Eso mismo me pregunto yo.

Me sonó el móvil y fui a contestar pero ya habían cortado. Miré y era Blas. ¡Qué raro! Le devolví la llamada y no contestó. Tal vez se abría equivocado.

*Narra David*
Eran las 12 de la mañana, los rayos de luz penetraban a través de la persiana y me obligaron a levantarme. Me sentía vacío. Mis mejores amigos habían dejado de hablarme por una chica a la que acababan de conocer y a la que ahora echaba de menos. Llamé a Blas, con él siempre me había llevado mejor, supongo que me ayudaría. No me contestó. Me metí en el baño, me preparé un baño de espuma. Necesitaba desconectar. Puse la música del móvil a tope. Tras una hora ahí dentro decidí salir. 

*Narra Blas*
Llamé a María, quería hablar con ella. Lo necesitaba. Pero no contestó. Iba de camino de casa de Carlos. Estaba llegando y noté que vibraba el móvil, pero no le dí importancia. Al poco miré y era David. No le devolví la llamada. Al poco otra vez me llamaron, supuse que era David así que pasé. Sabía que era mi amigo y que a María la acabábamos de conocer pero la había hecho daño. Siempre intento ponerme en el lugar de las dos partes pero esa vez David no tenía razón. Podría haberse puesto un poco celoso pero querer hacer daño a María era demasiado. Sé que él tiene un corazón enorme y era por eso que no entendía nada. Llegué al portal de Carlos, timbré y subí. Para mi sorpresa estaba Álvaro, sin la sonrisa que le caracterizaba. Volví a mirar mi teléfono. Una llamada era de María. Así pues, le devolví la llamada.

Blas: ¡María! ¿Qué tal el viaje?
María: Bien, se me ha pasado bastante rápido.

Carlos me hizo un gesto para que pusiera el altavoz, y así obré.

María: ¿Y tú qué tal? ¿Sabes algo de Carlos y Dani?
Carlos: Hola fea
María: Eeeey, que bien acompañado estás Blas jajaja
Carlos: Y porque no sabes quien más está aquí, sino cambiarías de opinión.
María: ¿David?
Se la notó apagada al decir su nombre.
Carlos: No, boba, alguien mejor.
Álvaro: Preciosaa!
María: Ooooh, te echo mucho de menos!
Blas: ¿Sólo a él?
Todos rieron. Seguimos hablando hasta que nos dijo que se iba ya a casa. Nos despedimos de ella. 

Capítulo 30

*Narra Álvaro*
No sé porqué pero cuando María me dijo que estaba llegando a su pueblo, el mundo se me cayó encima. Tampoco sé porqué la echaba de menos, ni porqué la necesitaba cerca. Eran casi las doce y suponía que el zoquete de Carlos ya habría despertado.

*Conversación telefónica*
Carlos: Mamarracho, ¿qué quieres?
Álvaro: No me puedo creer que estuvieras dormido aún
Carlos: Pues sí, es muy pronto.
Álvaro: Tío, necesito salir, olvidarme un poco de que esté lejos, la echo de menos
Carlos: Estás enchochado, no te preocupes, en dos días se te pasa.

*Narra Carlos*
Estuve hablando un poco más con Álvaro, notaba que necesitaba desconectar, así que le invité a mi casa a pasar lo que quedaba de mañana. Cuando llegó le noté raro, más apagado de lo normal.

Carlos: María es muy buena chica pero nadie merece que estés así.
Álvaro: Tío, nunca lo entenderás. A mí ninguna se me había resistido, y ella sí. Sé que me quiere pero no de la manera que quisiera.
Carlos: Tú eso no lo sabes.
Álvaro: Lo sé porque con David todo fue diferente, el primer día ya estaban saliendo
Carlos: Piénsalo. María confió en David demasiado rápido, él la hizo daño. ¿Tú volverías a confiar en alguien pronto?
Álvaro: Sigues sin entenderlo.
Carlos: Pues explícamelo
Álvaro: Cuando fuimos a por la comida ayer, que vosotros fuisteis a la mesa, dejé la comida en la mesa y luego fuimos a por la bebida. María estaba en el piso de arriba rellenando y estaba David, estaban hablando algo, y entonces aparecí yo, le besé la mejilla.
Carlos: ¿Y bien?
Álvaro: Ella nunca me ha mirado con los ojos que miraba a David, ese brillo, esa forma de mirar.
Carlos: Te rayas demasiado.
Álvaro: Tal vez porque nunca me había pillado por ninguna, todas eran simples rolletes para mí, de una semana como mucho, pero en ella he visto a la persona con la que siempre soñé pasar mi vida.

Seguimos hablando un poco hasta que pedimos unas pizzas. Al rato llegó Blas.

sábado, 25 de abril de 2015

Capítulo 29


*Narra David*
En la mesa de al lado estaban sentados estos y las chicas. María estaba encima de una pierna de Álvaro abrazada a él y medio llorando. Carlos parecía enfadado y le pedía que comiera. Los demás conversaban entre ellos. Me fastidiaba la situación, pero desde luego que yo no la había provocado. María me había utilizado y Álvaro ha demostrado ser muy mal amigo. Alicia, sin embargo, no me gustaba tanto como María, pero en este caso, sería yo quien la utilizaría para devolver a María el daño que ella provocó en mí. Sí, sé que suena cruel y que va a parecer que el malo de la película soy yo, pero a mí nadie me humilla, y si lo hacen, lo pagan caro.

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*Narra María*
Estamos de vuelta al pueblo. Estos días habían sido intensos. David y Alicia terminaron discutiendo porque ella pensaba que él seguía por mí. El día en el centro comercial me hizo olvidar a David y sacarme de los pensamientos. Álvaro me estaba ayudando mucho a superarlo y Carlos estaba resultando un verdadero hermano. Yolanda estaba destrozada, echaba de menos a Dani. Nayade iba dormida y Cristina hablaba con Jaime, un chico de clase que se había sentado a su lado en la parte trasera del autobús. Abracé a Yolanda, no me gustaba verla mal.

María: ¿Recuerdas lo que me dijiste la primera noche? Da igual la distancia y el tiempo, si estáis destinados a estar juntos, acabaréis juntos y si no, ¿para qué pasarlo mal por un chico que no es el hombre de tu vida?
Yolanda: No es sólo eso, María. No quise deciros nada para no estropear el viaje, pero a principios de julio me mudo a Alicante. Sé que aún queda una semana, y la disfrutaremos, pero no volveré al pueblo nunca más.
María: No digas eso nunca. Sabes que mi casa es tu casa y que siempre que quieras podrás venir.
Yolanda: ¿Y Dani? Ahora me pregunto qué será de nosotros. No ha habido ni siquiera un "te quiero" de su parte.
María: Dani es así. No es de decir lo que siente, pero tía, no te rayes. Tiempo al tiempo.

Vimos que Cristina de repente se abalanzaba a Jaime y empezaban a besarse. ¿Qué carajo? De repente me sonó el móvil, un whatsapp. Era Álvaro.

*Conversación WhatsApp*
Álvaro: Nena, ¿qué tal llevas el viaje?
María: Ahora mucho mejor ;)
Álvaro: Jajaja
María: ¿Qué haces despierto a estas horas? Son las ocho de la mañana
Álvaro: Echo de menos a alguien y bueno, he decido hablarte por aquí
María: No sé qué persona será la afortunada de que sea extrañada por ti, pero tu decisión de hablarme me gusta.
Álvaro: Pues siéntete afortunada, porque es a ti a quien echo de menos.
María: Qué mono eres

*Narra María*
Seguimos chateando hasta que empecé a conocer lo que por la ventana veía; era el pueblo. Ahora, volvía a estar aquí, a cientos de kilómetros de ese chico que me echaba de menos y al que estaba empezando a echar de menos.