lunes, 25 de enero de 2016

Capítulo 32

*Narra María*
Las semanas pasaron muy rápidas entre trabajos de fin de curso, festivales que nuestro instituto siempre preparaba en el parque de al lado del río, y, bueno, llamadas a los chicos. Álvaro y yo cada vez teníamos más confianza y tenía muchas ganas de verle. Tal vez empezara a sentir algo por él más que una simple amistad, pero debería verle para corroborar dichos sentimientos. 
En cuanto a las chicas, Naya se distanció un poco de nosotras por movidas que tuvo con Yolanda. Sin embargo, Yolanda, Cristina y yo eramos una piña. Me daba muchísima pena que Yolanda se tuviera que ir a Alicante pero estaba segura de que, además de que la relación con Dani prosperaría, vendría mucho a vernos. 
Llegaron nuestras vacaciones y Yoli, Cris y yo decidimos hacer un viaje a Madrid. Nuestro cómplice era Blas, puesto que no queríamos que los demás lo supieran. 

*Conversación de Whatsapp*
Blas: ¿Estás preparada?
María: La verdad es que volver seguro que me traerá muchos recuerdos, pero lo mejor será que os tengo a mi lado para superarlo todo.
Blas: Y seguro que encuentras muy pronto a alguien que te haga feliz, o tal vez ya lo conozcas y te des cuenta que es lo que realmente mereces.
María: Si lo dices por Álv...
Blas: Qué lista es mi chica. No es porque sea mi amigo, sino porque ya sabes como han ido estas semanas. Le veías más por cam que yo en persona, y sé que tú le ves como amigo pero..
María: Blas..
Blas: Deberías darle una oportunidad.
María: Blas, puedo?
Blas: Ah, si dime jaja
María: Tal vez esté sintiendo algo por él. No sé el qué exactamente, pero noto que cuando nos vamos a ver por cam o hablamos por whats me pongo nerviosa y eso, contigo por ejemplo no me pasa..
Blas: Te gusta, no?
María: No sé si me gusta o qué pasa. Pero supongo que verle pasado mañana me vendrá bien para salir de dudas.
Blas: No lo dudes, bonita.
María: Él te ha dicho algo?
Blas: No. Lo que ya sabes, que le gustas y cuando quedamos todos, si estáis hablando no nos hace ni caso.. jajaj
María: Qué zagal..Bueno, te dejo que me reclaman las chicas.

*Narra David*
Las semanas habían pasado y yo no sabía nada de María. Me había comportado como un verdadero capullo, pero a fin de cuentas la culpable de todo había sido ella. Tenía la necesidad de hablarlo todo con ella. Tal vez, todo habría sido diferente si la hubiera dejado explicarse. 
Sabía cómo se llamaba el pueblo donde vivían, así que... ¿Por qué no ir a verla? Seguro que seguía sintiendo por mí y verme allí haría que todo cambiase entre nosotros.
Por otra parte, los chicos en el instituto habían dejado de hablarme pero por suerte, otro grupo me aceptó y me sentía muy querido. Llamé a Sergio, sabía la historia y seguro que él me acompañaba al pueblo de María. 

Sergio: ¿MAÑANA? ¿Pero como vamos a irnos mañana? Si no tenemos ni donde quedarnos ni cómo ir ni nada. 
David: Tío, he visto trenes y autobuses que salen a buenas horas y con los bonos de mi madre nos salen super baratos. Y seguro que allí podemos hospedar. Por favor.
Sergio: No te prometo nada. Voy a hablarlo con mis padres.


domingo, 26 de abril de 2015

Capítulo 31

*Narra María*
Acabábamos de llegar y ya quería que fuera verano para volver a Madrid, una parte de mí había quedado allí tras el viaje. Cogimos las maletas y fuimos a una plaza cerca de la estación de autobuses.

Cristina: Bueno chicas, hablamos luego. 
Nos dio dos besos y se fue cogida de la mano de Jaime.
Yolanda: ¿Qué me he perdido?
Naya: Eso mismo me pregunto yo.

Me sonó el móvil y fui a contestar pero ya habían cortado. Miré y era Blas. ¡Qué raro! Le devolví la llamada y no contestó. Tal vez se abría equivocado.

*Narra David*
Eran las 12 de la mañana, los rayos de luz penetraban a través de la persiana y me obligaron a levantarme. Me sentía vacío. Mis mejores amigos habían dejado de hablarme por una chica a la que acababan de conocer y a la que ahora echaba de menos. Llamé a Blas, con él siempre me había llevado mejor, supongo que me ayudaría. No me contestó. Me metí en el baño, me preparé un baño de espuma. Necesitaba desconectar. Puse la música del móvil a tope. Tras una hora ahí dentro decidí salir. 

*Narra Blas*
Llamé a María, quería hablar con ella. Lo necesitaba. Pero no contestó. Iba de camino de casa de Carlos. Estaba llegando y noté que vibraba el móvil, pero no le dí importancia. Al poco miré y era David. No le devolví la llamada. Al poco otra vez me llamaron, supuse que era David así que pasé. Sabía que era mi amigo y que a María la acabábamos de conocer pero la había hecho daño. Siempre intento ponerme en el lugar de las dos partes pero esa vez David no tenía razón. Podría haberse puesto un poco celoso pero querer hacer daño a María era demasiado. Sé que él tiene un corazón enorme y era por eso que no entendía nada. Llegué al portal de Carlos, timbré y subí. Para mi sorpresa estaba Álvaro, sin la sonrisa que le caracterizaba. Volví a mirar mi teléfono. Una llamada era de María. Así pues, le devolví la llamada.

Blas: ¡María! ¿Qué tal el viaje?
María: Bien, se me ha pasado bastante rápido.

Carlos me hizo un gesto para que pusiera el altavoz, y así obré.

María: ¿Y tú qué tal? ¿Sabes algo de Carlos y Dani?
Carlos: Hola fea
María: Eeeey, que bien acompañado estás Blas jajaja
Carlos: Y porque no sabes quien más está aquí, sino cambiarías de opinión.
María: ¿David?
Se la notó apagada al decir su nombre.
Carlos: No, boba, alguien mejor.
Álvaro: Preciosaa!
María: Ooooh, te echo mucho de menos!
Blas: ¿Sólo a él?
Todos rieron. Seguimos hablando hasta que nos dijo que se iba ya a casa. Nos despedimos de ella. 

Capítulo 30

*Narra Álvaro*
No sé porqué pero cuando María me dijo que estaba llegando a su pueblo, el mundo se me cayó encima. Tampoco sé porqué la echaba de menos, ni porqué la necesitaba cerca. Eran casi las doce y suponía que el zoquete de Carlos ya habría despertado.

*Conversación telefónica*
Carlos: Mamarracho, ¿qué quieres?
Álvaro: No me puedo creer que estuvieras dormido aún
Carlos: Pues sí, es muy pronto.
Álvaro: Tío, necesito salir, olvidarme un poco de que esté lejos, la echo de menos
Carlos: Estás enchochado, no te preocupes, en dos días se te pasa.

*Narra Carlos*
Estuve hablando un poco más con Álvaro, notaba que necesitaba desconectar, así que le invité a mi casa a pasar lo que quedaba de mañana. Cuando llegó le noté raro, más apagado de lo normal.

Carlos: María es muy buena chica pero nadie merece que estés así.
Álvaro: Tío, nunca lo entenderás. A mí ninguna se me había resistido, y ella sí. Sé que me quiere pero no de la manera que quisiera.
Carlos: Tú eso no lo sabes.
Álvaro: Lo sé porque con David todo fue diferente, el primer día ya estaban saliendo
Carlos: Piénsalo. María confió en David demasiado rápido, él la hizo daño. ¿Tú volverías a confiar en alguien pronto?
Álvaro: Sigues sin entenderlo.
Carlos: Pues explícamelo
Álvaro: Cuando fuimos a por la comida ayer, que vosotros fuisteis a la mesa, dejé la comida en la mesa y luego fuimos a por la bebida. María estaba en el piso de arriba rellenando y estaba David, estaban hablando algo, y entonces aparecí yo, le besé la mejilla.
Carlos: ¿Y bien?
Álvaro: Ella nunca me ha mirado con los ojos que miraba a David, ese brillo, esa forma de mirar.
Carlos: Te rayas demasiado.
Álvaro: Tal vez porque nunca me había pillado por ninguna, todas eran simples rolletes para mí, de una semana como mucho, pero en ella he visto a la persona con la que siempre soñé pasar mi vida.

Seguimos hablando un poco hasta que pedimos unas pizzas. Al rato llegó Blas.

sábado, 25 de abril de 2015

Capítulo 29


*Narra David*
En la mesa de al lado estaban sentados estos y las chicas. María estaba encima de una pierna de Álvaro abrazada a él y medio llorando. Carlos parecía enfadado y le pedía que comiera. Los demás conversaban entre ellos. Me fastidiaba la situación, pero desde luego que yo no la había provocado. María me había utilizado y Álvaro ha demostrado ser muy mal amigo. Alicia, sin embargo, no me gustaba tanto como María, pero en este caso, sería yo quien la utilizaría para devolver a María el daño que ella provocó en mí. Sí, sé que suena cruel y que va a parecer que el malo de la película soy yo, pero a mí nadie me humilla, y si lo hacen, lo pagan caro.

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*Narra María*
Estamos de vuelta al pueblo. Estos días habían sido intensos. David y Alicia terminaron discutiendo porque ella pensaba que él seguía por mí. El día en el centro comercial me hizo olvidar a David y sacarme de los pensamientos. Álvaro me estaba ayudando mucho a superarlo y Carlos estaba resultando un verdadero hermano. Yolanda estaba destrozada, echaba de menos a Dani. Nayade iba dormida y Cristina hablaba con Jaime, un chico de clase que se había sentado a su lado en la parte trasera del autobús. Abracé a Yolanda, no me gustaba verla mal.

María: ¿Recuerdas lo que me dijiste la primera noche? Da igual la distancia y el tiempo, si estáis destinados a estar juntos, acabaréis juntos y si no, ¿para qué pasarlo mal por un chico que no es el hombre de tu vida?
Yolanda: No es sólo eso, María. No quise deciros nada para no estropear el viaje, pero a principios de julio me mudo a Alicante. Sé que aún queda una semana, y la disfrutaremos, pero no volveré al pueblo nunca más.
María: No digas eso nunca. Sabes que mi casa es tu casa y que siempre que quieras podrás venir.
Yolanda: ¿Y Dani? Ahora me pregunto qué será de nosotros. No ha habido ni siquiera un "te quiero" de su parte.
María: Dani es así. No es de decir lo que siente, pero tía, no te rayes. Tiempo al tiempo.

Vimos que Cristina de repente se abalanzaba a Jaime y empezaban a besarse. ¿Qué carajo? De repente me sonó el móvil, un whatsapp. Era Álvaro.

*Conversación WhatsApp*
Álvaro: Nena, ¿qué tal llevas el viaje?
María: Ahora mucho mejor ;)
Álvaro: Jajaja
María: ¿Qué haces despierto a estas horas? Son las ocho de la mañana
Álvaro: Echo de menos a alguien y bueno, he decido hablarte por aquí
María: No sé qué persona será la afortunada de que sea extrañada por ti, pero tu decisión de hablarme me gusta.
Álvaro: Pues siéntete afortunada, porque es a ti a quien echo de menos.
María: Qué mono eres

*Narra María*
Seguimos chateando hasta que empecé a conocer lo que por la ventana veía; era el pueblo. Ahora, volvía a estar aquí, a cientos de kilómetros de ese chico que me echaba de menos y al que estaba empezando a echar de menos.

sábado, 16 de agosto de 2014

Capítulo 28

*Narra María*
Pedimos Álvaro y yo. Esperamos en la cola hasta que nos dieran la comida y fuimos a la mesa que habías cogido los demás. Me mataba ver a David abrazando a Alicia, pero podría ser que el destino me estuviese preparando un mejor futuro con alguien como Álvaro a mi lado.
No lo había contemplado aún, pero este chico estaba siendo un verdadero apoyo, y empezaba a sentir cosas cuando se acercaba a mí, y estaba siempre a mi lado.
Álvaro: ¿En qué piensas, princesa?
Me acababa de llamar princesa. Las mariposas de mi estómago se acababan de convertir en pirañas asesinas que comían poco a poco mi estómago.
María: En lo surrealista que está siendo todo esto. Vengo a pasarlo bien y lo único que ocasiono es que se fastidie vuestra amistad con David.
Blas: No sientas nada. Gracias a ti nos hemos dado cuenta de cómo es en realidad. Te debemos muchísimo.
Cristina: No te quiero ver mal, ¿eh?
María: No estoy mal, sino decepcionada conmigo misma.
Dani: Pero, ¿por qué?
María: Porque..
Carlos: No, ahora me vas a escuchar. No te sientas decepcionada por esto. David ha sido siempre muy celoso, pero nunca ninguna chica le había llenado tanto como tú. Eso ha hecho que se cegará al verte el labio sangrando. Y, ¿sabes qué? Que si te quiere perder, el tonto es él. Nosotros cuatro, ¿verdad chicos?, no queremos perder una amiga de verdad como estás demostrando ser. Así que déjate de tonterías, sube la cabeza y cada día sal a comerte el mundo, porque eres una tía diez.
Nayade: Me maravillas cuando te pones serio, Carlos.
Bajé la cabeza al escuchar lo que Carlos dijo. Tenía un nudo en la garganta e infinitas ganas de un abrazo, de quien fuera, pero un abrazo que me apagaran las ganas de llorar que me habían entrado.
Yolanda: No María, no agaches la cabeza. Todo lo contrario, súbela. Tienes que estar orgullosa de cómo eres, porque en este mundo, personas como tú, quedan muy pocas. Empieza a valorarte, a quererte y a dejar las cosas malas atrás.

*Narra Álvaro*
Noté que María estaba a punto de llorar. La tenía al lado y no podía desaprovechar esta oportunidad. La abracé todo lo fuerte que pude.
Álvaro: Demuéstrale al mundo lo que vales, lo bonita que eres, tu mirada tan limpia y esa sonrisa que enamora.
Le susurré.  María se echó a llorar, abrazándome más fuerte aún escondiéndo su rostro tras mi hombro. Yolanda me hizo un gesto con la cabeza.
Blas: María deja de llorar que al final me pondré a llorar yo y mi fama de duro se irá al carajo.
Todos rieron. Todos menos María y yo.
María: Gracias por todo, Álvaro.
Medio sonreí. Esta niña provocaba todo en mí. Si ella estaba bien, yo lo estaba; si lloraba, me entraban ganas a mí; y si estaba con otro, yo moría por dentro.

*Narra Dani*
Se les veía tan fuertes cuando estaban juntos, que nunca veré a dos personas así jamás. Se complementaban a la perfección, hacían uno.
Carlos: Y ahora, María, deja de llorar y come.
Cristina: Pareces su padre, déjala desahogarse.
Carlos: No, que se lo que pasa. Llora, se le hinchan los ojos, le duele la cabeza y luego no come.
Carlos se estaba preocupando demasiado por María. Álvaro se limitaba a acariciarla. Blas miraba a la mesa de al lado, Nayade, mientras miraba el móvil y Yolanda echaba keptchup a las patatas que aún no había comido.

domingo, 11 de mayo de 2014

Capítulo 27

*Narra Cristina*
Salimos de la tienda y se empezó a hacer la hora de comer. Decidimos ir a un McDonald que había en la planta superior.
Yolanda: Espero que no haya mucha cola.
Blas: Sino se espera, que no tenemos prisa.
Carlos: Y luego os vamos a llevar a un sitio muy chulo. Ya veréis.
Llegamos al McDonald y estaban Eider y Patricia delante nuestro. Las saludamos, y Eider preguntó por David.
María: Eider, mejor no preguntar.
Eider: ¿Por? ¿Qué ha pasado?
Yolanda: Que es un auténtico imbécil.
Eider: ¿Y sus amigos por qué no están con él?
Álvaro: Porque tiene alucinaciones y cree que todos los amigos somos como él de capullos.
Eider: Qué mal rollo, ¿no?
María: Ya no hay ni buen ni mal rollo. Para mí, él ya ha terminado.
Carlos: Y hablando del rey de Roma...

*Narra Álvaro*
Estábamos hablando sobre David, y apareció allí con Alicia. Alicia saludó a las chicas y se pusieron en la cola detrás. María dejó de hablar con Eider, y se puso a mi lado. Al ver de reojo a David besando una mejilla de Alicia, no me salió más que abrazar con todas mis fuerzas a María. Empezaba a sentir algo fuerte por ella, y no quería que ella sufriera por alguien como David.
María: Gracias por todo, Álvaro.
Susurró en mi oído. También me abrazó fuerte. Carlos y Yolanda hablaban entre ellos. Cristina y Dani estaban decidiendo qué pedir, y mientras Nayade saludaba a una chica de su clase, Blas miraba el móvil. No podía separarme de María. La necesitaba entre mis brazos, notaba que ella lo agradecía.
Blas: Tortolitos, vamos, que pedimos ya.
Sin darnos cuenta, David, Alicia y el grupo de ellos nos habían adelantado mientras nosotros nos abrazábamos. Fuimos al mostrador y María y yo pedimos.

Capítulo 26

*Narra Nayade*
No sé porqué pero ver a Álvaro y a María abrazarse no me estaba molestando. Tal vez ese sentimiento que el día anterior se me había activado, hoy ya estaba inactivo y no sentía nada por Álvaro. Quería ver a María feliz, a pesar de todo éramos amigas. Muy buenas amigas. Pero, ¿y si David llevaba razón? No, no lo creo. María estaba con él y es que cuando está con alguien ni se le pasa por la cabeza liarse con otro, y menos sabiendo como me gustaba a mí Álvaro. Imposible.
Vinieron Carlos y María y dijimos de dar una vuelta por el centro comercial. Mientras Cristina y Yolanda entraban en una tienda de ropa, Los chicos, María y yo nos quedamos fuera. Aproveché para hablar con María. Nos retiramos un poquito.
Nayade: María, ya sabes lo que hablamos ayer, sobre mí y Álvaro, pero, ¿sabes qué? Hoy es como si Álvaro nunca me hubiese gustado. Sólo le veo como un amigo, no quiero nada con él, y si tenéis algo, o lo que sea, que sepas que os voy a apoyar.
María: Sabes que nunca podría salir con el chico que le gusta a una amiga.
Nayade: Pero ya no me gusta. Créeme, y no seas tonta. A Álvaro se le nota que le gustas. No pierdas la oportunidad, porque él es un buen tío.

*Narra David*
María y Álvaro se estaban abrazando. Eso no era normal. Alicia era risueña, muy simpática y guapa. Me dijo de pasar el día con ella, y algunas amigas. La idea era ir a comer donde comiese María y mis amigos y justo aprovechar para liarme con ella. Sé que suena cruel, pero ella se lió, o eso creo, con un amigo, que esa es otra, menudo amigo.
Alicia: Mira, ahí están María y Nayade, y tus amigos.
De amigos nada. Que defiendan a una chica que acaban de conocer, antes que a un amigo de hace mucho más tiempo, demuestra que muy amigos no eran míos. Ellos se lo pierden. Pasamos casi rozando a estos, y yo cogí de la cintura a Alicia. María me vio, y giró la cabeza. Yo, sonriendo, les dije adiós, pero no obtuve respuesta de ninguno.

*Narra Álvaro*
David era un payaso. Pasar delante nuestra, cogiendo de la cintura a Alicia, y sonriendo, para hacer daño a María no era de ser un buen tío. María como una grande que es, giró la cabeza, y sonriendo se abrazó a Blas. Yo quería decirla algo, pero me faltaban palabras. Empecé a ponerme nervioso, porque María se había sentado a mi lado. Carlos ya me había contado de lo que habían hablado y me daba algo de vergüenza la situación. A pesar de todo, soy un tío bastante tímido.