*Narra Cristina*
Salimos de la tienda y se empezó a hacer la hora de comer. Decidimos ir a un McDonald que había en la planta superior.
Yolanda: Espero que no haya mucha cola.
Blas: Sino se espera, que no tenemos prisa.
Carlos: Y luego os vamos a llevar a un sitio muy chulo. Ya veréis.
Llegamos al McDonald y estaban Eider y Patricia delante nuestro. Las saludamos, y Eider preguntó por David.
María: Eider, mejor no preguntar.
Eider: ¿Por? ¿Qué ha pasado?
Yolanda: Que es un auténtico imbécil.
Eider: ¿Y sus amigos por qué no están con él?
Álvaro: Porque tiene alucinaciones y cree que todos los amigos somos como él de capullos.
Eider: Qué mal rollo, ¿no?
María: Ya no hay ni buen ni mal rollo. Para mí, él ya ha terminado.
Carlos: Y hablando del rey de Roma...
*Narra Álvaro*
Estábamos hablando sobre David, y apareció allí con Alicia. Alicia saludó a las chicas y se pusieron en la cola detrás. María dejó de hablar con Eider, y se puso a mi lado. Al ver de reojo a David besando una mejilla de Alicia, no me salió más que abrazar con todas mis fuerzas a María. Empezaba a sentir algo fuerte por ella, y no quería que ella sufriera por alguien como David.
María: Gracias por todo, Álvaro.
Susurró en mi oído. También me abrazó fuerte. Carlos y Yolanda hablaban entre ellos. Cristina y Dani estaban decidiendo qué pedir, y mientras Nayade saludaba a una chica de su clase, Blas miraba el móvil. No podía separarme de María. La necesitaba entre mis brazos, notaba que ella lo agradecía.
Blas: Tortolitos, vamos, que pedimos ya.
Sin darnos cuenta, David, Alicia y el grupo de ellos nos habían adelantado mientras nosotros nos abrazábamos. Fuimos al mostrador y María y yo pedimos.
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