Para nuestra sorpresa no había mucha cola y en menos de diez minutos pudimos montar. Mientras íbamos adelantando, vimos que los vagones eran de diez, dispuestos de 2 en 2.
Eider: Yo quiero con Blas.
Me salió de dentro, no pude contenerme.
Blas: Por mí, perfecto.
David: ¿Cuál de todas es la menos miedosa para montarse conmigo en los primeros asientos?
Yolanda: ¡María! Yo tengo un miedo.
Dani: Anda tonta, si te montas conmigo, ya verás que poco miedo pasas.
David: Pues entonces yo con María, ¿te parece?
María: Vale-Sonrió.
Carlos: Yo me monto en el último vagón, que a mí esto me da miedo.
Nayade: ¡Serás soso! Jajaja.
Carlos: Pues móntate tú delante mío.
Nayade: Pues eso voy a hacer.
Entonces fuimos montándonos. María y David en primera fila, luego Yoli y Dani, a continuación Blas y yo.
Álvaro: Cristina, ¿quieres con el rubio y me monto yo con Naya?
Cristina: Vale, genial.
Los penúltimos fueron Nayade y Álvaro, y Carlos y Cristina se montaron en el último vagón.
*Narra Naya*
Aunque soy valiente para estas cosas, pasé algo de miedo. Pero el tener a Álvaro a mi lado me "obligó" a no hacer el tonto ni decir que tenía miedo. Solo cerré los ojos en la subida. Luego ya no. De siempre he tenido algo de vértigo y pensé que así podría combatirlo, y puede que lo hiciese.
Terminó la atracción y decidimos ir a los zeppelin a dar una vueltita para relajarnos.
Después fuimos a la "Tarantula" y como eran de dos, volvimos a montarnos las mismas parejas. Aún eran las cinco de la tarde, teníamos 3 horas. Nos montamos y pasé algo de miedo. Álvaro, creo que, se dio cuenta y pasó su brazo por mi hombro. Al acabar decidimos montarnos en la casa del terror. María era y es muy miedosa para esas cosas, igual que Eider. Y Blas y David tenían malos recuerdos de las anteriores visitas, así que ellos se fueron a "Vértigo" mientras tanto.
Entramos, y pase bastante miedo. Chillé varias veces. Así que el resto de lo que duró la atracción, Álvaro no se despegó de mí, y yo empezaba a sentir por él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario